Cuando pensamos en ritual sexual, a menudo lo asociamos con representaciones satánicas, o con referencias a la película «Eyes wide shut», es decir, algo un poco sulfuroso donde la mujer suele ser un objeto
En el siguiente artículo, los rituales se abordan desde una perspectiva tántrica, utilizando herramientas de la Sexualidad de plena consciencia, que honra un encuentro íntimo y consciente entre dos o más parejas. Una cita que uno ha decidido para sí mismo y para compartir con el otro, en una intimidad marcada por la ternura y la presencia.
¿Qué es un ritual sexual?
CHRISTIAN: Un ritual sexual es un momento compartido en la intimidad de uno mismo, de su pareja o de varios amantes. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en los rituales entre dos personas, independientemente de su sexo u orientación. Está conscientemente pensado de antemano, con una intención que cada participante está invitado a expresar al comienzo del ritual
El ritual está conscientemente pensado o planificado de antemano, con una intención que cada participante está invitado a expresar
Etapas del ritual
En primer lugar, concertar una cita: se trata de un encuentro que no se decide en el último momento, sino que se planifica y prepara. Una ocasión particular puede dar lugar a este tipo de ritual (luna llena o nueva, cumpleaños, o simplemente la necesidad expresada de encontrarse en un nivel íntimo y en un estado de conciencia más elevado…). Hay un simbolismo en el ritual que pone a cada pareja en el centro de atención, una celebración del placer de estar juntos.
Elija un lugar: evite el dormitorio (a menudo el lugar donde se hace el amor tradicional). Puede hacerse en casa, en otra habitación o en un lugar más atípico: una habitación de un hotel con encanto o, por qué no, al aire libre bajo las estrellas cuando el tiempo lo permita.
Organiza tu espacio creando un ambiente cálido y propicio para todos. Proporcione mantas (opte por una manta calefactada para la parte inferior), cojines, velas, incienso, cree una atmósfera luminosa adecuada y elija cuidadosamente la música de fondo con un tempo suave y muy lento. No te limites, sé creativo y explora tus fantasías para crear un ambiente que te haga feliz. Prepara un pequeño altar con velas y quizás un objeto que te represente a ti o a tu intención
Preparar una intención
Piensa por qué estás preparando este encuentro íntimo. Permite expresar esta intención en voz alta para materializarla verbalmente, para hacerla resonar en su propio cuerpo y darle así importancia. Cuanto más preciso seas en la verbalización de tu intención, más la visualizas y más posibilidades tendrás de verla hecha realidad (véase un próximo blog sobre «Sex Magic»)
En la sexualidad de plena consciencia es importante permitirse expresar sus deseos, sus anhelos. Es muy posible que el deseo expresado no se cumpla, pero el simple hecho de expresarlo, participa en darle cuerpo y ya, casi se sienten los efectos beneficiosos.
Lo importante es el camino, no la meta
Calma tu mente
Comienza con una breve meditación concentrándose en tu respiración (inhala y exhala por la boca). Calma tu mente. Sobre todo, no salgas con la idea de tener un objetivo que alcanzar, de tener que rendir o de tener que proporcionar un orgasmo a tu pareja. Lo importante es el camino, no la meta.
Saber que eres responsable de tu propio placer
Es importante tener en cuenta que la experiencia que viene depende esencialmente de la intensidad del compromiso y de la calidad de la presencia que estás dispuesto a invertir. No esperar que el compañero nos proporcione una experiencia inolvidable, porque esto le carga con responsabilidad y presión y nos excusa de nuestra propia implicación.
Explora utilizando todos tus sentidos
Explora primero tus propios sentimientos y comunica en voz alta los efectos que esto tiene en ti. Esto ampliará la dimensión del sentimiento de la persona que se expresa y, de paso, dará información a la pareja. Suelo recomendar empezar con un masaje mutuo, al mismo tiempo, que se convierte en una especie de danza lenta y sensual, combinando la respiración consciente y la verbalización de la sensación.
Cuanto más lento, mejor
Este momento de compartir invita a la comunicación de emociones y sentimientos. La respiración nos permite centrarnos, identificar nuestro estado y comunicarlo a nuestra pareja. Es bueno cerrar los ojos, respirar profundamente con conciencia para sentir cada sensación expresada por el cuerpo y poder comunicar.
Una vez establecido este intercambio, el siguiente paso es trasladar la conciencia y la respiración a los genitales. Para ello, puedes utilizar la visualización o el sentimiento. Y lo más importante es la lentitud, más lentitud es igual a más presencia, permite al cuerpo integrar toda la información y transformarla en energía.
Un lento acercamiento a las zonas erógenas
Visualiza tu yoni* o lingam** (términos sánscritos para los genitales femeninos* y masculinos**) y conecta con tu pareja con gratitud honrando esta conexión energética. También puedes visualizar tu muladhara (chakra raíz en sánscrito, es decir, la zona anal) si centras tus prácticas sexuales en esta zona.
El clímax de un ritual sexual es la unificación, pero no es una parte obligatoria del ritual. En la tradición tántrica, la postura de unificación se llama "Yab Yum", en la que el hombre, el Shiva, sentado en la posición de meditación del Loto, recibirá el Shaki en su pene erecto, lingam.
Todavía en la tradición tántrica, no hay fricción, es un flujo de energía que se establecerá entre los socios. Al ritmo de la respiración, la energía pasará de uno a otro. Entrando por la boca circulando hacia abajo siguiendo el centro energético, el Sushumna, y saliendo a la altura de los genitales para comunicarse con la pareja y volviendo a subir por su eje central hacia la boca en un circuito cerrado amplificando progresivamente.
¿Con o sin erección?
La unificación es sobre todo energética, y aunque sea lo más habitual, no es imprescindible la penetración con el pene totalmente erecto. La unificación puede lograrse perfectamente con un pene flácido, (proponemos algunas técnicas para ello), o incluso sin penetración con un simple contacto de los genitales, ahí también algunas posiciones están particularmente adaptadas. De paso, cabe señalar que la intensidad que se siente durante una unificación sin penetración puede ser una experiencia deslumbrante. Es un poco como el arco eléctrico que se crea entre los dos polos de una bujía. Es la energía sexual la que crea este arco entre las dos polaridades Yin y Yang. Este arco energético se mantendrá y se amplificará a lo largo de la conexión entre los socios. Esta es una experiencia que suele vivir una pareja de mujeres.
El trance orgásmico
Los miembros de la pareja entrarán en una forma de trance, que es de hecho el comienzo de un estado orgásmico intenso, que puede prolongarse y amplificarse según se desee. En un ritual sexual tántrico, se trata de privilegiar un momento de presencia, de compartir, de exploración creativa y nutritiva para cada uno. Lo llamamos el valle del placer. El lento camino hacia el placer y la sensación nos permite alcanzar grados de placer y sensualidad, a menudo mucho más intensos y nutritivos que un orgasmo. Recuerda que el orgasmo es una liberación repentina de tensión que dura sólo unas fracciones de segundo y agota la energía vital del hombre.
¿Es posible el ritual de sexo anal? Sí, lo es. También es un intercambio energético entre las polaridades Yin / Yang. Incluso cuando se trata de parejas del mismo sexo. Porque las polaridades se autorregulan estableciendo un campo positivo y negativo que permite que la energía fluya.
Encontrar una conclusión real del ritual
El ritual está llegando a su fin. Recuerda que en el linaje tántrico, el orgasmo (el máximo) no es el objetivo principal y menos aún la eyaculación. Para cerrar el ritual, invitamos a los miembros de la pareja a enfrentarse para que cada uno exprese su estado emocional, teniendo cuidado de no caer en el juicio de la actuación (esto puede venir después o en otro momento si es necesario). Valorar «lo que es» en el aquí y ahora y no en «lo que debería ser». Se trata de expresar a través del «yo», el sentimiento del momento («sentí esto en tal o cual momento…»). Y, por supuesto, no olvides agradecer a la otra persona la calidad de su presencia. El ritual puede terminar con una pequeña merienda preparada de antemano, en la que cada uno da de comer al otro. Por un momento de ternura, o posiblemente empezar un nuevo baile, con, por qué no, incluso más lento y con menos intención. Y cuando todos se sientan satisfechos por la experiencia: apagar las velas, darse un beso de buenas noches.
· Article by Christian Gouttenoire ·